sábado, 7 de febrero de 2009

VIOLENCIA y ALTERACIONES MENTALES

INTERNACIONAL
EL MÉDICO INTERACTIVO - ESPAÑA
Febrero 2009
Las personas con enfermedad mental no son más propensas que el resto a cometer actos violentos


Redacción

Los resultados muestran que otros factores, como los antecedentes de violencia en el pasado, el abuso de sustancias, un divorcio reciente o la pérdida de un trabajo son indicadores más claros de violencia en el futuro que la enfermedad mental por sí sola

Madrid (7/9-2-09).- Las personas con enfermedad mental no son más propensas que otras personas a cometer actos violentos, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos que se publica en la revista Archives of General Psychiatry. Sin embargo, la enfermedad mental combinada con el abuso o adicción a sustancias sí eleva en cierta medida el riesgo de violencia en el futuro.

Según explica Eric B. Elbogen, director del trabajo, "nuestro estudio muestra que existe un vínculo entre enfermedad mental y violencia pero que éste no es tan fuerte como piensan la mayoría de personas". "Sólo cuando una persona tiene tanto una enfermedad mental como un problema de abuso de sustancias, el riesgo de violencia en un futuro supera el de cualquier otra persona", señala Elbogen.

Según señala Sally C. Johnson, coautora del trabajo, "estos descubrimientos desafían la percepción de algunas personas y que a menudo se refleja en los medios de que la enfermedad mental por sí misma convierte en más peligrosas a las personas. Nuestro estudio muestra que esta percepción no es correcta".

Los investigadores realizaron análisis estadísticos de datos recopilados previamente como parte de la Encuesta Epidemiológica Nacional sobre Alcohol y Trastornos Asociados (NESARC) realizada por el Instituto Nacional de Abuso del Alcohol y Alcoholismo en Estados Unidos..

El trabajo incluía 34.653 entrevistas con personas durante dos fases diferenciadas del NESARC. La primera fase se realizó entre 2001 y 2002 mientras que la segunda lo hizo entre 2004 y 2005. Los datos de la primera fase sobre enfermedad mental grave, que incluían esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión mayor, se analizaron para predecir la conducta violenta en la fase 2.

Los resultados muestran que si una persona tiene enfermedad mental grave sin abuso de sustancias ni antecedentes de violencia, tiene las mismas probabilidades de ser violento durante los siguientes 3 años que cualquier persona de la población general.

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