MARGARET FOTI, DE LA AAIC
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ESPAÑA
Margaret Foti: "La época de investigar por investigar ha pasado; nos orientamos a la curación"
Margaret Foti, una de las principales responsables de la investigación oncológica americana, confirma que algunos de los grandes logros en la lucha contra la enfermedad han salido del laboratorio y que el estudio científico es y será insustituible. Sin embargo, reconoce que investigar por investigar no vale si no se acompaña de una orientación a la curación.Raquel Serrano - Lunes, 22 de Junio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. El desarrollo de biomarcadores contribuirá en la clínica a que muchos pacientes eviten metástasis
2. Las nuevas generaciones de científicos españoles están trabajando muy bien en cáncer
Margaret Foti, directora ejecutiva de la Asociación Americana de Investigación sobre el Cáncer (AAIC) desde 1982, ha dado continuidad a una asociación que comenzó su andadura hace cien años y que actualmente reúne a 29.000 investigadores de 90 países que engloban todas las facetas que encierra el cáncer. Es además, la editora ejecutiva de su órgano oficial de difusión, la revista Cancer Research. Poseedora de innumerables galardones internacionales que acreditan su labor por la promoción de la investigación básica y clínica del cáncer, Foti ha estado en Madrid donde ha sido investida doctora honoris causa por la Universidad San Pablo CEU. Durante su paso, que aprovechó para pronunciar una conferencia en el Hospital Montepríncipe-San Chinarro, ha explicado a DM cómo contempla, desde su perspectiva global y privilegiada, el presente y el futuro de la oncología.
¿Cómo definiría el panorama actual de la investigación en cáncer?
-En las últimas décadas ha habido, sin duda, avances muy importantes, lo que se ha traducido en que en muchos países haya disminuido significativamente la incidencia del cáncer y aumentado la supervivencia y la curación. Desde esta perspectiva, valoro mucho la contribución de la investigación en el laboratorio. De hecho, gran parte del conocimiento actual del cáncer ha provenido de la investigación básica.
¿Las investigaciones básica y clínica han llegado a su justo punto de conexión o queda aún camino por recorrer?
-La conexión entre ambas es fundamental. En Estados Unidos ambas parcelas están más sincronizadas. En España, aunque todavía queda mucho por hacer, se han dado pasos muy importantes que la sitúan en la vanguardia de la investigación oncológica. Ayer, por ejemplo, estuve en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas con Mariano Barbacid y comprobé el esfuerzo que está haciendo para acercar ambas parcelas. Además, no podemos olvidar la óptima situación de la oncología catalana, en la que José Baselga, por ejemplo, ha sido capaz de traducir al laboratorio las necesidades clínicas de los pacientes con cáncer. Se están sentando las bases del necesario intercambio.
El desciframiento del genoma humano fue, a su juicio, uno de los mayores logros de los últimos tiempos. ¿El desarrollo de biomarcadores sería una de las herramientas más útiles para el avance en la lucha contra el cáncer?
-Efectivamente. La disposición de marcadores moleculares para el diagnóstico es uno de los temas candentes de la investigación porque, sin duda, contribuirán a que muchos pacientes no desarrollen metástasis. La época de investigar por investigar ha acabado y mucho más en la AAIC donde existe una importante proporción de científicos que no son médicos, pero también hay muchos que sí lo son. Ello ha supuesto que la ciencia se oriente cada vez más hacia la clínica. El objetivo no es ya seguir descubriendo moléculas y más moléculas sino orientar hacia la curación del cáncer.
Usted muestra un especial interés por la prevención. ¿En qué lugar de la investigación se encuadra esta parcela?
-Es uno de los ámbitos más relevantes del trabajo actual y se desarrolla a través de diversas áreas. Las más destacables se centran en la identificación de factores ambientales, así como de marcadores genéticos que detecten poblaciones de riesgo. Existe otra que se basa en la validación para uso clínico de agentes quimiopreventivos que, aun siendo inocuos para la salud, pudieran ayudar a personas con un elevado riesgo de sufrir cáncer. Por otra parte, desde nuestra asociación se hace mucho hincapié en los beneficios que reporta la concienciación social en relación con el hábito de fumar, así como con variar otros factores de riesgo.
En cáncer de mama, por ejemplo, ya existen trabajos de quimioprevención en grupos de mujeres. ¿Debería generalizarse este tipo de trabajos y extenderse a más procesos neoplásicos?
-Es algo especialmente interesante, pero en este terreno hay que ser muy prudentes porque nos referimos a poblaciones muy amplias y sanas en las que acotar la contribución de ciertos agentes a la posible aparición de cáncer es complejo y constituye un reto muy importante para la comunidad científica. Tradicionalmente ancianos y niños han sido excluidos de los ensayos.
¿Está variando esta actitud?
-El pediátrico es un segmento muy importante y en el que se debe implantar la investigación clínica. En Estados Unidos, por ejemplo, el 80 por ciento de los niños con cáncer están en ensayos clínicos cuyo objetivo es la búsqueda de nuevas indicaciones de ciertos agentes. La infancia es un periodo en el que aparecen enfermedades muy malignas que deben ser prevenidas y tratadas. En el caso de los ancianos, ciertamente existen dificultades para su inclusión.
Dos españoles, Josep Baselga y Joan Massagué, forman parte del Consejo de Directores de la asociación que dirige. ¿En qué puesto del escalafón mundial sitúa a la investigación oncológica que se lleva a cabo en España?
-Las nuevas generaciones de científicos trabajan muy bien en cáncer y están aportando sus resultados a un buen nivel, lo cual dice mucho de lo que se hace en España. Sin embargo, actualmente sólo un centenar de los 29.000 miembros de la AAIC son españoles.
La cifra debe incrementarse porque no representa lo que es la realidad de la investigación española en cáncer. Valoro mucho lo que proviene de Europa porque se realizan muchos ensayos clínicos y el presente de España en el contexto europeo sigue esa dirección.
Por otra parte, está emergiendo una comunidad científica asiática que, en pocos años, también marcará el paso de la investigación en cáncer.
Aumentar la financiación
Durante el acto de investidura como doctora honoris causa, Margaret Foti ha puesto de manifiesto que, tras la descodificación de las secuencias de ADN y del cáncer, nos encontraríamos ante una tercera revolución: una situación de progreso en la que se integrarían las tecnologías emergentes con los conocimientos de la biología oncológica. "Esa concomitancia sentaría las bases de nuevos hitos en la investigación". Sin embargo, ha alertado de que la búsqueda de recursos económicos es fundamental para llevar a buen puerto esta tarea. "El aprovechamiento de las potencialidades de esta nueva fase científica y tecnológica está indisolublemente ligado a la posibilidad de aumentar la financiación. Tenemos que explicar a los políticos que es posible acelerar la investigación sobre el cáncer, pero esto requiere financiación".
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