Bartolomé Bejarano
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ESPAÑA
El nervio glosofaríngeo del paciente estaba comprimido por la arteria cerebelosa postero-inferior.
Una cirugía logra erradicar al instante una neuralgia glosofaríngea crónica
Un equipo de la Clínica Universidad de Navarra ha logrado erradicar un cuadro recidivante de dolor intenso crónico causado por neuralgia glosofaríngea debida a la compresión del nervio glosofaríngeo por la arteria cerebelosa postero-inferior. Gracias a un propcedimiento de descompresión microvascular, el dolor neurálgico desapareció tras la operación.
Redacción - Viernes, 31 de Julio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
Una intervención quirúrgica ha conseguido erradicar, de un modo instantáneo tras la operación, un cuadro recidivante de dolor intenso que cursaba una paciente de forma crónica desde hace un año y medio. El dolor se localizaba en la parte interna de la boca, en la faringe y en el oído. Tras realizar diversas pruebas exploratorias, entre ellas una resonancia magnética, se diagnosticó una neuralgia glosofaríngea debida a la compresión del nervio glosofaríngeo por la arteria cerebelosa postero-inferior.
Para tratar el problema, Bartolomé Bejarano, especialista en Neurocirugía de la Clínica Universidad de Navarra, intervino a la paciente mediante una técnica quirúrgica denominada descompresión microvascular, "un procedimiento aplicable a cualquier nervio comprimido por una arteria o vena. Esta compresión provoca en el paciente cuadros paroxísticos de dolor, muy intensos, que se van repitiendo al hablar, al deglutir o, incluso, al tocarse".
La técnica quirúrgica empleada se aplica con mayor frecuencia para tratar casos de neuralgias del nervio trigémino, que afectan a una persona de cada 15.000, y cuya incidencia es entre 80 y 100 veces superior a la de la neuralgia glosofaríngea.
Causa del dolor
La paciente llegó a la Clínica Universidad de Navarra con el diagnóstico de neuralgia glosofaríngea ya comprobado en otro centro médico y que fue corroborado mediante resonancia magnética. La neuralgia se debía a la compresión del nervio glosofaríngeo por la arteria cerebelosa postero-inferior: "Se trata de un vaso muy importante que si se daña puede originar graves consecuencias, ya que irriga el tronco cerebral y el cerebelo".
En estos casos, la aparición repentina del dolor se produce debido a una variación en la fisonomía de los vasos sanguíneos. El proceso arteriosclerótico que sufren las arterias debido a la edad puede hacer cambiar su forma. "De este modo, como consecuencia de la arterioesclerosis, vasos que originariamente formaban un bucle pueden elongarse y empezar a comprimir un nervio próximo con el que antes no contactaban", describe Bejarano. De ahí que este cuadro clínico pueda aparecer en sujetos mayores de 50 años.
Técnica quirúrgica
El procedimiento de descompresión microvascular que aplicó el neurocirujano de la Clínica Universidad de Navarra comenzó con una craneotomía en la zona situada por detrás de la oreja izquierda (retrosigmoidea), consistente en una apertura del cráneo de 3 cm de diámetro, a través de la cual el cirujano accedió a la zona comprimida del nervio: "Disecamos el nervio y la arteria que lo comprimía y los separamos. Para ello, fue necesario retraer el bucle de la arteria".
Una vez separados, se implantó entre el vaso y el nervio glosofaríngeo una pequeña lámina de Gore-Tex, que evita que contacten de nuevo. El cirujano insiste en la importancia de conseguir que el vaso se mantenga retraído y separado del nervio para, de este modo, impedir de forma definitiva que vuelva a comprimir el nervio.
Alta resolución
La colocación de la capa de Gore-Tex es una medida de seguridad añadida. Para finalizar, se volvió a colocar el colgajo de cráneo extraído, fijándolo mediante tres microplacas que consiguieron que el hueso soldara sin problemas con el paso del tiempo. Toda la cirugía se practicó mediante un microscopio quirúrgico de última generación con alta resolución.
La intervención se prolongó durante casi cuatro horas y el postoperatorio resultó satisfactorio. Las primeras 24 horas se mantuvo a la paciente en la UCI. Al no presentar complicaciones se le ingresó en planta, donde permaneció hospitalizada durante seis días. Los especialistas concluyen que el cuadro de dolor neurálgico desapareció totalmente tras la operación, por lo que a la paciente se le pudo retirar, de forma paulatina, la totalidad de la medicación analgésica prescrita con anterioridad.
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