jueves, 22 de octubre de 2009

Más investigación quirúrgica


Más investigación quirúrgica
JANO.es
23 Octubre 2009 · Redacción. Madrid

El número de ensayos aleatorizados aún es escaso


La cirugía es una actividad crucial de los sistemas sanitarios de todo el mundo. De hecho, cada año se producen más intervenciones de cirugía mayor que partos. La excelencia en la investigación quirúrgica merece ser reconocida, pero la práctica también puede y debe mejorar. Al menos eso se deduce de un número de The Lancet (doi:10.1016/S0140-6736(09)61678-0) dedicado a la calidad, la innovación y la evaluación en este campo en el que se recuerda que el “porcentaje de ensayos comparativos aleatorizados (ECA) en cirugía sigue siendo escaso y continúa realizándose investigación de baja calidad que no beneficia ni a los pacientes ni a los cirujanos”.

Para analizar los obstáculos a la investigación quirúrgica, se han celebrado en el Balliol College de Oxford 4 reuniones en las que participaron cirujanos y especialistas en metodología. Los que no eran cirujanos aprendieron que, mientras que un médico puede fácilmente recetar un fármaco activo o un placebo en un ECA, los cirujanos son más reacios, ya que la participación en una operación da lugar a una responsabilidad personal en la evolución de cada paciente. Además, la cirugía carece del marco legal que requieren los estudios de eficacia antes de ofrecer un nuevo procedimiento a los pacientes. Por su parte, los cirujanos aprendieron que realmente hay pocas diferencias entre las operaciones quirúrgicas y otros tratamientos complejos. En Oxford se reconoció también que el paciente y la habilidad y la experiencia del cirujano y de su equipo influyen en los resultados, pero ninguno de estos factores sobrepasa al diseño de un ensayo clínico.

En este número de The Lancet también se presentan los fundamentos del plan de trabajo IDEAL (Development–Exploration– Assessment–Long-term). Su concepto fundamental parte del hecho de que los cirujanos están continuamente innovando y mejorando su trabajo. Dado que en este momento no está claro en qué momento una innovación se convierte en un nuevo procedimiento, se propugna el registro de éstos y su aprobación ética precoz. La evolución y la evaluación pueden tener lugar de forma simultánea. Este plan de trabajo reconoce que en cada etapa de la innovación será adecuado un diseño de estudio diferente.

Pero para llevar al quirófano prácticas de investigación objetivas se considera necesario un cambio de actitud entre todos los implicados. En el caso de los cirujanos, se les debe inculcar una cultura de la investigación y la evaluación durante su formación; pero también los comités de ética deben ser flexibles y evaluar las innovaciones quirúrgicas con prontitud, y los centros apoyar el desarrollo quirúrgico y fomentar el registro precoz de los nuevos procedimientos.

“La cirugía –concluye el número– contribuye a mejorar la salud y el bienestar en todo el mundo, pero para hacerlo de manera eficiente y fiable es necesario que las decisiones quirúrgicas estén respaldadas por datos de resultados de gran calidad. El marco metodológico que oriente dicha investigación dentro de la complejidad de la cirugía ya existe. Cualquier otro método alternativo es inferior al IDEAL”.
The Lancet

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